No siempre somos conscientes de nuestra responsabilidad al encargar una obra
El promotor de una obra puede transferir ciertas responsabilidades al arquitecto técnico (también conocido como aparejador o director de ejecución de obra). Sin embargo, es fundamental comprender que, aunque se deleguen tareas, el promotor sigue siendo responsable solidario en caso de problemas. Veamos cómo se lleva a cabo esta delegación:

Supervisión y control técnico:

  • El arquitecto técnico se encarga de la supervisión diaria de la obra. Esto incluye verificar que se sigan los planos, las especificaciones técnicas y los estándares de calidad.
  • El promotor puede confiar en el arquitecto técnico para que realice inspecciones regulares y reporte cualquier desviación.

Gestión documental:

  • El arquitecto técnico mantiene actualizada la documentación técnica de la obra, como los partes de trabajo, los informes de avance y las certificaciones.
  • El promotor debe asegurarse de que toda la documentación esté en orden y cumpla con los requisitos legales.

Seguridad y salud laboral:

  • El arquitecto técnico colabora en la prevención de riesgos laborales. Supervisa que se cumplan las medidas de seguridad y que los trabajadores utilicen los equipos adecuados.
  • El promotor sigue siendo responsable de garantizar un entorno seguro y cumplir con las normativas.

Control económico y plazos:

  • El arquitecto técnico lleva un registro de los costes y el avance de la obra. Puede alertar al promotor si se desvía del presupuesto o los plazos.
  • El promotor debe estar al tanto de estos informes y tomar decisiones en consecuencia.

Relación con otros agentes:

  • El arquitecto técnico se comunica con los demás profesionales involucrados (arquitectos, ingenieros, contratistas) para resolver problemas y coordinar esfuerzos.
  • El promotor debe estar al tanto de estas comunicaciones y participar activamente en la toma de decisiones.

En resumen, aunque el promotor puede delegar en el arquitecto técnico, ambos comparten la responsabilidad. El promotor no puede eximirse completamente de las consecuencias legales en caso de incidentes, siniestros o incumplimientos. La colaboración entre ambas partes es esencial para el éxito del proyecto.

A continuación, un par de ejemplos de situaciones nada deseables pero que pueden ocurrir al realizar una obra:

Muerte o grave lesión de un operario de la obra:

  • El promotor tiene la responsabilidad solidaria en caso de que ocurra un accidente grave o la muerte de un trabajador en la obra. Esto significa que, junto con otros agentes involucrados, debe asumir parte de la responsabilidad.
  • Debe asegurarse de que se cumplan todas las normas de seguridad laboral, como la utilización de equipos de protección individual y la implementación de medidas de seguridad en la obra.
  • Además, el promotor debe colaborar en la prevención de riesgos laborales y supervisar que se sigan las medidas adecuadas.

Responsabilidad de pagar a un operario:

  • Si un operario no recibe su salario de la empresa contratista que tiene adjudicada la obra, el promotor debe estar al tanto de la situación.
  • Aunque la responsabilidad principal recae en la empresa contratista, el promotor debe vigilar que los pagos se realicen correctamente.
  • En algunos casos, el Código Civil reconoce una acción directa a en favor del operario subcontratado para que pueda dirigirse directamente contra el dueño de la obra, a pesar de no haber contratado directamente con él.
No dude en ponerse en contacto con nosotros y exponernos su caso

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